Vera Martínez (Deportivo Abanca) posa con el balón oficial de Liga F.

Vera Martínez, la indiscutible de Liga F Moeve: “Es una Liga cada vez más competitiva”

La jugadora del Deportivo Abanca puede presumir de ser la única futbolista que ha disputado los 2.700 minutos en Liga F Moeve. La central confiesa lo que es jugar en el estadio de Riazor, la clave para que el conjunto gallego lograra la permanencia y su compenetración en el centro de la zaga con Raquel García.

30 MAY 2025

Ya con la tranquilidad de haber conseguido la permanencia, Vera Martínez (Astillero, 13 de septiembre de 1999) atiende a Liga F para hacer balance de la temporada. A pesar de haber sido un año duro, ella nunca ha perdido la sonrisa. Esa que la ha acompañado desde pequeña, cuando iba detrás de un balón admirando a su hermano y a su padre, su primer referente. Se apuntó a ballet, pero al chutar las pelotas de baile, sus padres la terminaron cambiando a fútbol, donde empezó con nueve años en la Marisma. Con trece se fue al Racing, donde la entrenó Pedro Munitis, y de allí, al Alavés, con el que subió a Primera División y jugó trece partidos en la élite. “Poder volver ahora a Liga F como una jugadora más madura y hecha, ha sido súper bonito, y más hacerlo con el Dépor”, empieza explicando durante la entrevista.

Muchas cosas han cambiado de esa Vera que ha vuelto a la máxima categoría. Entre medias, dos años en Osasuna, donde se convirtió en indiscutible en Primera RFEF. “Me he hecho más profesional, más fuerte mental y físicamente y sé que es un camino largo, complicado, pero que es un camino muy bonito de recorrer cuando haces lo que amas”, afirma. Aunque no solo ha cambiado ella a nivel personal, sino también la competición, que se ha convertido en profesional. “Hay muchos cambios, los que se han producido en el mismo Convenio, y que la Liga es cada vez más competitiva”, expresa. A lo que no tarda en añadir: “Cada vez la Liga se está profesionalizando más, todas acercándonos más a eso que queremos, poder vivir del fútbol femenino como un espectáculo, un deporte precioso de ver”.



La temporada no ha sido fácil para el Deportivo Abanca, ascendido este pasado verano. El 23 de noviembre de 2024, y tras la derrota ante el Sevilla FC por 2-1, el conjunto gallego decidió destituir a Irene Ferreras para anunciar a Fran Alonso. “Era totalmente diferente, una idea de juego distinta, y al final, era él hacernos a nosotras y nosotras hacernos a su sistema. Supimos adaptarnos muy bien”, expresa la central, que tiene muy claro cuál ha sido la clave del equipo: “tenemos un vestuario muy sano, estamos muy unidas y eso nos ha hecho mantenernos, ganar partidos, disfrutar de esta Liga y que luego en el campo todo salga mejor.” El estadio de Riazor, que se ha abierto en todos los partidos de la temporada en casa, ha sido el mayor apoyo para las deportivistas, que han sentido el aliento de su hinchada en cada encuentro.

“Jugar en el estadio de tu club, de la tierra en la que estás, para mí es increíble. Es un sueño para cualquier jugadora de fútbol profesional poder disfrutar del estadio. Para nosotras es un plus”, confiesa. Esa sensación de pisar el césped por primera vez es algo único: “se me ponen los pelos de punta cada vez que salimos a jugar porque es súper bonito poder mirar a la grada y ver a tu familia, a la gente que te quiere”. Hasta la penúltima jornada, el conjunto gallego no pudo confirmar la permanencia matemática: “ha estado súper apretado hasta el último momento tanto por arriba como por abajo y eso dice mucho del nivel de la Liga”. Precisamente, también ante el Sevilla FC, el Deportivo Abanca logró un valioso empate (1-1) ante los 5.093 espectadores que acudieron a Riazor. “Lo disfrutamos muchísimo”, expresó la defensa.

La incombustible de Liga F Moeve

Y, no tardó en deshacerse en elogios de la afición deportivista. “Ellos saben la importancia que tienen para nosotras y el aliento que nos dan. Gracias a la gente que se ha volcado y que se vuelca con nosotros cada día porque son un apoyo increíble”. Vera Martínez pude presumir de ser la única jugadora que ha jugado los 2.700 minutos de las 30 jornadas de Liga F Moeve. Un ranking que no se esperaba liderar, pero sí fantaseaba con poder conseguirlo: “venía con ganas de demostrar la jugadora que soy, con ganas de competir, de esforzarme al máximo. De dar mi mejor versión y a partir de ahí, lo que el cuerpo técnico decidiera. No era algo que me esperaba, pero sí era algo con lo que soñaba, poder disfrutar de todos los minutos”. En la última jornada, y con el objetivo ya cumplido, confiaba en que no la cambiaran.



“Al final, cuando el equipo ya está salvado se hacen rotaciones, pero he tenido la suerte de poder jugar todo”, afirma. Una de las claves para disputar todos los minutos ha sido que únicamente le han sacado una tarjeta amarilla en toda la temporada. “A medida que pasaba el año a veces hablábamos cuántas amarillas teníamos y cuando me dijeron que solo tenía una pensé que todavía tenía margen para poder hacer alguna faltita”, responde entre risas. La segunda jugadora con más minutos en Liga F Moeve es Raquel García, su dupla en el centro de zaga. La madrileña ha disputado 2.699 minutos: “el minuto que tenemos de diferencia fue un cambio en el primer partido, pero el resto los hemos jugado las dos cada fin de semana. Lo ha jugado todo también”, confiesa al hablar de la persona con la que ha compartido todos los encuentros.

Su conexión en defensa ha sido clave para lograr la salvación. “Raquel y yo nos complementamos muy bien. Ella tiene cosas que yo no y viceversa. Nos entendemos tanto fuera como dentro del campo”, expone la central, que en marzo renovó hasta 2026 para continuar una temporada más en el conjunto gallego: “yo soy de Santander, que es una ciudad muy parecida. Esa sensación de sentirte como en casa es muy difícil de encontrar y aquí la he encontrado, tanto en el club como con todas las personas con las que me he cruzado”. No ha sido la única renovación, Ainhoa Marín, Millene Cabral o Lucía Martínez también han prolongado sus contratos en una firme apuesta por el proyecto. “Hay muchas jugadoras que llevan aquí tiempo y las que venimos también sentimos que el club confía en nosotras. Mantener el bloque es un lujo”, concluye.