Ainhoa Bascuñán 'Bascu' tras la victoria ante el Real Betis Féminas (1-2) esta temporada.

Bascu: “El mejor regalo de Reyes es que vengan a vernos al Ciutat”

La centrocampista del Levante UD atiende a Liga F antes del derbi valenciano del domingo 5 de enero a las 12:00h. Tras pasar por el Valencia CF, en 2019 llegó al filial granota. Ya ha alcanzado el primer equipo, y con la DANA en el recuerdo, este fin de semana vivirá su primer derbi como jugadora de Primera.

03 ENE 2025

De ver a su primo jugar al fútbol y querer ser como él, a brillar en los campos de Primera División. Como tantas otras niñas, Ainhoa Bascuñán 'Bascu' (Rafelbuñol, 23 de febrero de 2004) creció sin referentes femeninos. Su ídolo de la infancia era Xavi Hernández. De ahí el dorsal ocho que porta en su espalda. Empezó a los cinco años jugando con niños, el Valencia CF le fichó con diez, y en la Selección valenciana y en las categorías inferiores de España dio muestras de su talento. Al Levante UD llegó en 2019. Se convirtió en indiscutible en el filial y en 2022 debutó en Primera. Dos años y medio después, ya tiene ficha del primer equipo y este domingo 5 de enero vivirá su primer gran derbi valenciano como jugadora de Liga F. Con la tragedia de la DANA todavía en el recuerdo, las ganas y la motivación no le faltan para seguir siendo referente para las más pequeñas.

Empezaste a jugar al fútbol a los cinco años con niños en Rafelbuñol, ¿cómo fueron esos inicios?

Los recuerdo con mucho cariño. Al principio, mi madre me apuntó a taekwondo, a natación...y yo decía mamá que no, que quiero jugar al fútbol. Al final, me apuntó y disfrutaba como una niña pequeña porque empecé con solo cinco años. Yo veía a mi primo que jugaba y quería jugar al fútbol como él.

¿Tenías algún referente cuando empezaste a jugar? ¿Te imaginabas llegar a Primera División?

Cuando empecé me fijaba un montón en Xavi Hernández. También me gustaba Iniesta. Me fijaba muchísimo en la gente que jugaba en el medio. Siendo pequeña siempre tenía el sueño de ojalá poder llegar a Primera División, pero no me lo imaginaba para nada. La pena es que no había referentes como los hay hoy en día, pero lo bonito es que poco a poco eso va cambiando.

Con diez años entraste en la cantera del Valencia, ¿qué aprendiste de esa etapa?

Estuve cinco años jugando allí y mi etapa en el Valencia fue súper especial porque poco a poco me empecé a formar como jugadora y tenía compañeras que hoy en día las sigo teniendo en el vestuario del Levante como son Tarazona y Estela. Esas edades son muy bonitas. Aprendí el hecho de ser una piña con tus compañeras de equipo y tener buena relación con ellas porque eso luego se ve trasladado en el campo.

Además del Valencia también pasaste por la Selección valenciana y las categorías inferiores de España, ¿cómo lo recuerdas?

La época con la Selección valenciana fue de las mejores jugando al fútbol porque nos juntábamos cada una de un equipo distinto y teníamos muy buen equipo y nos lo pasábamos genial. Era una niña, teníamos de 12 a 16 años, y es una etapa en la que te lo pasas bien y al final, sale todo solo.

Después llegas al Levante UD. La noticia de que te querían te la dio tu madre, ¿cómo fue ese momento?

Me llamó mi madre que le había llamado un chico del Levante. Yo en aquel momento ni pensaba que esas cosas funcionaban así, ni me lo había planteado. Me quedé bastante impactada porque dije “me han visto jugar, se fijan en mí”. Me hizo un montón de ilusión y como apostaban por mí, no me lo pensé dos veces y dije vamos con ello.

Lo tuviste claro ¿no?

Sí. Me dio un poco de pena por el Valencia porque al final, yo he sido del Valencia desde pequeña. Yo iba a Mestalla, los findes a verlos, pero al final, hay que mirar por ti y por el futuro futbolístico.



En la cantera del Levante UD vives un descenso y al año siguiente el ascenso a Segunda RFEF, ¿es importante pasar por cosas positivas y negativas en formación?

Si sí, total. No va a ser todo el camino del color de rosas. El año del descenso fue bastante duro, pero al año siguiente ascendimos y fue una alegría porque teníamos esa espinita clavada del año anterior.

Es tu primer año con dorsal del primer equipo, ¿cómo ves desde dentro esa apuesta del Levante UD por la gente joven?

He estado tres años en dinámica y este es mi primer año con ficha A. Este año están apostando mucho por la cantera y por la gente joven. La verdad que es un lujo porque te motiva a seguir esforzándote, a seguir trabajando y a darle caña porque sabes que si te esfuerzas y trabajas vas a poder llegar.

Llevas el dorsal '8', ¿por algo en especial?

Por Xavi Hernández. Porque me fijaba un montón en él. Cuando no podía llevar el 8, llevaba el 18 y cuando no, el 28, con el que debuté en Primera hace dos años, pero al final, el 8 siempre ha estado presente.

Precisamente, tu debut en Primera fue el 25 de septiembre de 2022 contra el Athletic Club, ¿cómo lo recuerdas?

Con mucho cariño. Me mandaron a calentar y ya calentando tenía la sensación de que igual podía debutar. Cuando me llamaron para salir no me lo creía. Después de todos estos años de trabajo, poder debutar. Encima ganamos en Buñol. Estaba mi familia en la grada y me acuerdo de que llovía y estaba mi madre debajo del paraguas viéndome súper contenta.

Esta temporada empiezas sin jugar, ¿cómo te mentalizaste en esos primeros partidos?

Pues yo solo pensaba tienes que trabajar, tienes que currártelo y darle caña porque esto es Primera División y no me van a regalar nada. Entonces, es cuestión de trabajo. Cambiar el chip de que, si no jugaba el finde con el primer equipo, no iba a bajar al filial a jugar. Era cuestión de cambiar el chip, ponerme las pilas y ayudar al equipo en todo posible.

¿Crees que por esa mentalidad has llegado a Primera?

Sí. Porque al final esa mentalidad de querer llegar, y de trabajar y de esforzarte es lo que te hace conseguir lo que te propongas. Porque te lo puedes proponer, pero si no le dedicas tiempo y trabajo, al final, no llegan las cosas solas.

Y llegó tu debut como titular en el Ciutat de València ante el FC Barcelona.

Si sí. Mejor escenario imposible. Ya me avisó el entrenador un par de días antes para que me fuera mentalizando. Y yo lo pensaba en mi casa, madre mía voy a debutar de titular contra el Barcelona y en el estadio. Mejor escenario imposible. El partido lo perdimos, pero mis sensaciones no fueron malas. Ahora ya no me hace falta que me avisen.



¿Cómo es jugar en el estadio? ¿qué sientes cuando entras?

Yo salí a calentar, levanté la cabeza, aún no estaba el campo lleno, vi una grada llena y dije “madre mía, qué fuerte”. De hecho, me puse con Estela al lado, y le dije qué fuerte que voy a jugar aquí, en el estadio. Me impactó mucho, pero fue una sensación muy buena y bonita. Cuando acabamos aún había gente allí pidiéndonos autógrafos, fotos…que le den esa visibilidad al fútbol femenino en el estadio, que lo abran para que vayamos y que venga la gente a vernos, nos ayuda a todos.

Os habéis convertido en referentes de esas niñas.

Claro, ahora esas niñas pueden ir a vernos jugar, fijarse en qué jugadoras les gustan, y querer ser como ellas. No hace falta solo que quieren ser como ellos, sino que también puedan ser como nosotras. Eso es un privilegio.

¿Cómo viviste la DANA a nivel personal?

Fue bastante duro. Yo fui con tres compañeras más del equipo a ayudar un par de días porque la familia de Estela perdió la clínica que tenía en Paiporta. Luego, cuando te vas a tu casa, lo piensas y es súper impactante haber visto a la gente perdiéndolo todo. Lo bueno es que todo el mundo se volcó y ayudó en todo lo que pudo, pero yo en mi casa me ponía a llorar yo sola.

Además, vosotras no pudisteis entrenar en Buñol porque estaba destrozado.

Sí. Nosotras no podíamos ir a Buñol porque estaba todo fatal. Tuvieron que ir los entrenadores a por las botas para poderlas traerlas al estadio. Fue toda una catástrofe. Ahora está todo mucho mejor. A esas zonas no he vuelto a ir, pero poco a poco se va arreglando todo y buscando soluciones porque al final no te queda otra.

Tuvisteis un bonito gesto con Mariví y Xiri, dos personas del staff que perdieron el coche y vosotras le comprasteis uno, ¿cómo nació la idea?

Porque Alharilla conocía a un vecino que vendía el coche y dijimos pues en lugar de darle solamente ayuda económica, les viene mejor poder tener un vehículo para poder venir a trabajar. Un día vinieron con una moto de unos vecinos que le dejaron, luego en el coche del club...lo mejor que pudimos hacerles fue ese detalle. Encima ellas súper agradecidas porque lo perdieron todo, perdieron la casa, la niña se iba a casa de una compañera de clase a dormir...y lo que pudimos hacer para ayudarles lo hicimos.


Y ahora, ¿cómo afrontáis el derbi valenciano?

Con muchas ganas. Un derbi siempre es especial. La noche de antes de un derbi siempre tienes unas hormiguitas en el estómago diferentes. El equipo está unido, tiene ganas de jugar, de ganar, y a por todas. Estamos los dos equipos un poco apurados. Si ganamos nos da un respiro que no nos viene nada mal y además empezaríamos el año muy bien. A nosotras nos hace mucha ilusión que abran el estadio, que vengan las niñas de la escuela y que nos vea todo el mundo.

¿Te motivas de alguna manera especial?

Sí, al final, los derbis siempre tienen una motivación especial. No dejan de ser un partido más, que como todos los quieres ganar, pero el derbi, encima en el estadio, con toda nuestra gente y todo el mundo que va a venir siempre es un poco especial. Además, no hay mejor regalo de Reyes que poder venir a vernos al Ciutat y encima a las 12:00 horas que es muy buena hora.

Y ya la última, es tu primer derbi con ficha del primer equipo, ¿más nervios o motivación y ganas de disfrutar del partido?

Es el primer derbi que voy a vivir con ficha en Primera División. Siempre los he vivido en categorías inferiores con el filial, pero este año es el primero y tengo un montón de ganas. Y más si es en el estadio. Cuando salga a jugar al estadio va a ser una sensación increíble. Con más motivación y ganas. Los nervios se quedan a un lado cuando sales a jugar.