Es absolutamente falso que los representantes de la Liga Profesional hayan dilatado la entrega de documentación o atrasado la toma de decisiones. De hecho, se ha realizado un ejercicio de absoluta transparencia compartiendo en diferentes reuniones numerosas magnitudes económicas, poniendo a su disposición cuanta información han requerido.
Sorprende sobremanera que se critique que la negociación haya estado centrada únicamente en el salario mínimo, y no otras cuestiones, cuando fueron precisamente los propios sindicatos los que pidieron no abordar otros temas hasta llegar a un acuerdo respecto del salario. Y no ha sido hasta el pasado 20 de abril que los sindicatos compartieron por primera y única vez sus primeras propuestas en relación con otros posibles beneficios.
En referencia a la maternidad no vamos a permitir que se ponga en duda el compromiso de Liga F y muy especialmente de sus Clubes, cuando fueron estos los que incorporaron al anterior Convenio medidas de protección en esta materia en favor de nuestras futbolistas.
Es igualmente falso que esta Liga Profesional haya respondido de manera negativa a todas las propuestas de los sindicatos. De hecho, dos de las tres peticiones planteadas por estos, la eliminación de la parcialidad y el carácter retroactivo para la temporada 2022/23, fueron aceptadas por Liga F y, en cuanto al salario, se presentó una propuesta que incrementa en más de un 30% las condiciones mínimas del anterior convenio.
La propuesta de salario mínimo planteada por los sindicatos supondría un importe global de más de 70 millones de euros para los próximos 5 años. Esto es, los sindicatos pretenden que la práctica totalidad de los ingresos comerciales y audiovisuales previstos para los próximos 5 años, sean destinados de forma íntegra a cubrir los costes salariales, y esto en el supuesto, irreal, de que todas las futbolistas cobraran únicamente el salario mínimo. Así, los sindicatos parecen no entender que, además de los salarios, existen otros gastos muy importantes que forman parte de la actividad del Club (desplazamientos, cuerpos técnicos, servicios médicos, etc.) y que también deben ser asumidos con estos ingresos.
Por último, sorprende la falta de sensibilidad que demuestran los sindicatos con el momento elegido para realizar medidas de presión públicas y reunir a las futbolistas a escasas horas de que se dispute la última jornada de la competición en la que un importante número de futbolistas lucharán por la permanencia en la Finetwork Liga F.
Liga F y sus Clubes han demostrado, y seguirán haciéndolo, su más firme compromiso con el desarrollo profesional del fútbol femenino y en especial, con sus futbolistas, y ello a pesar de todas las dificultades encontradas en el camino, reiterando nuestro deseo de seguir negociando el Convenio Colectivo del Fútbol Femenino y llegar a un acuerdo realista, acorde a la realidad del sector y que no ponga en peligro la viabilidad económica de los clubes, de la competición y del proyecto de profesionalización del fútbol femenino.